Desde luego estos dos últimos días han sido bastante sorprendentes en cuanto acontecimientos se refiere.
El martes, por ejemplo, mi novia y yo decidimos cenar comida mejicana (ole ahí ese masoquismo tan característico nuestro...jaja) hecha por nosotras mismas, así que fuimos a Carrefour a comprar lo que nos hacía falta y como cuando terminamos nos quedaba aún un rato para que pasara el urbano, nos paramos en la cafetería a tomar una granizada fresquita. Pues bien, todo muy bonito y muy hermoso hasta que veo que detrás de mi chica aparece por la barra una CUCARACHA gigante corriendo. Y claro, ella que no las puede ni ver pues mientras me atragantaba con el hielo y sujetaba el vaso, intentaba decirla que se quitara de ahí (todo esto soltando soniditos estilo "mmmmMMMmmm!!!!") y a ella se le empezó a poner cara de espanto porque no sabía qué pasaba. Todo esto sucedió en cuestión de segundos porque de repente la cucaracha desaparece y aparece en el brazo de mi novia (la cual no se estaban enterando de nada) que tenía apoyado en la barra, y coge y salta a la pierna. Entonces fui y le di una leche al bicho que cayó al suelo boca arriba y se hizo el muerto (la muy...) y mi chica lo vio y salió a correr chillando. A todo esto yo sentada de brazos cruzados con mi granizada tranquilamente mientras le decía al camarero que se le escapaban las cucarachas de la jaula y nadie se creía lo que estaba ocurriendo. En fin, que vino un hombre y la mató. Y Art no pudo sentarse en todo el rato que estuvimos allí. Para colmo nos cobraron las granizadas. Hummm!!
Y ayer al fin me decidí a jugar con ella (con mi novia, no con la cucaracha) al tenis después de mucho insistir. Claro, yo al tenis nunca he jugado con nadie, aunque muy mal no se me da por lo visto... Y me pongo a dar raquetazos a la pelota y tal, y al primero (como soy una burra, etc) cuando le doy a la pelota me da por mirar al lado y...zas!!!! No, nadie se llevó la ostia no, me la llevé YO; ¿dónde? pues en toda la boca, ale, por chula. Y Art desde el otro lado del campo mirando como yo me encogía y me llevaba la mano a la boca (acto seguido vi como salía la sangre) que fue en el momento en que se dió cuenta de que algo había pasado... Vino corriendo a socorrerme mientras yo giraba sobre mí misma. El caso es que seguí jugando tal hasta una hora después que mi labio empezó a apoderarse de mi boca y nos fuimos a casa. Como en esta ciudad la gente es tan guay, pues no hay urgencias a no ser que vayas al hospital, pero como esa breva no iba a caer me fui a casa y ahora me tocará ir al médico a que me cuente por qué mi labio parece la bandera del orgullo...
jueves, 31 de mayo de 2007
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1 comentario:
jajajajajajjaja
lo siento, pero es que lo de la cucaracha es buenisimo (algo parecido me ha pasado con una araña ahora mismo abuabguiwrifhkjrh)
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